miércoles, 26 de noviembre de 2008

Trabajo en Red y "Gestión del Conocimiento"



Gestión del conocimiento:

La aparición de la economía basada en el conocimiento supone que la capacidad de una empresa u organización de crear valor ya no depende exclusivamente de su capacidad financiera y de producción. Se viene constatando desde hace algunos años que la información y el conocimiento son una fuente primordial para la creación de renta y de riqueza.

Gestión del capital intelectual, de las competencias organizacionales y del capital humano disponible en una organización es la definición que la OCDE está ya utilizando cuando se refiere al término Gestión del Conocimiento. Otras organizaciones utilizan la suya propia, como la misma PricewaterhoseCoopers que entiende la Gestión del Conocimiento como el arte de transformar la información y los activos intangibles en un valor constante para nuestros clientes (destinatari@s) y para nuestro personal.


Trabajo en red:

La red es la forma de organización más habitual de la actividad humana a pequeña escala. Todos formamos parte de alguna pequeña red. Nuestro trabajo, nuestra familia, nuestros amigos, nuestros seres queridos… son, en potencia y en la práctica, nuestras mejores redes de sustento.

Se puede afirmar que un buen profesional de Juventud (PTJ), vale tanto por lo que «sabe», como por las «relaciones» que tiene. Una cosa sin la otra pueden funcionar aisladamente más o menos de manera eficaz, durante más o menos tiempo, pero su combinación aumenta el potencial personal, el impacto y la proyección social de su trabajo. Dicho de otra manera, Un individuo con un buen repertorio de saberes pero sin relaciones, tiene mermada su proyección personal. De igual manera, una persona con buenas comunicaciones y bien situada socialmente, con pocos conocimientos generales o específicos, tiene limitada su eficacia.

La gestión del conocimiento que todo el Personal Técnico de Juventud posee(tanto de saberes como de relaciones y "contactos") a través de procesos de comunicación adecuados, puede suponer la materia prima o sustancia base de procesos de dinamización juvenil a nivel municipal mucho más eficaces y eficientes.

Este capital humano es, en realidad, el verdadero motor de la creación de conocimiento en cualquier comunidad, al integrar en sí mismo todo el capital intelectual, social y organizacional. Es, por tanto, imprescindible concebir cualquier organización, institución o empresa dentro de este contexto, como una comunidad de conocimiento en red, en la que se hace imperativa una adecuada gestión de los contenidos, las relaciones y sus significados.

Como hacerlo:

Las organizaciones deberán dar respuesta a estas necesidades, dentro de su contexto social de creación del conocimiento, mediante:

1- El uso de diversas herramientas: como weblogs, wikis, fórums, listas de discusión, bases de datos y repositorios de objetos de aprendizaje… o sistemas integrados LCMS, intranets y espacios de trabajo en grupo.

2- La interrelación entre las actividades o procesos que desarrollen, tales como la captura de información, su selección y categorización, la colaboración en comunidades y la aplicación del conocimiento.

3- El desarrollo de metodologías, procesos y herramientas que les permitan aumentar, de manera contrastada, la productividad y la capacidad de innovación y el retorno de esa inversión.

4- Y quizás lo más importante: una política que apueste, de manera decidida y efectiva, por la creación de una cultura organizativa que fomente el intercambio de conocimiento a través de una adecuada formación continua.

Su actividad principal vendría definida por evidenciar o explicitar, con estas buenas prácticas, los conocimientos que Nonaka y Takeuchi (1995) define como tácitos. El conocimiento tácito, según este clásico autor, es aquél que forma parte de las experiencias de aprendizaje personal de cada individuo y que, por tanto, resulta complicado de estructurar, almacenar y distribuir. Cuando ese conocimiento es compartido por los individuos, a través de acciones que favorezcan esa posibilidad, a través de redes y herramientas adecuadas, se estructura, se almacena y se distribuye… y se convierte en explícito, con lo que adquiere, por tanto, su real dimensión de conocimiento, en tanto en cuanto puede retornar de nuevo a sus emisores, de manera «enriquecida» por las aportaciones colectivas.

Estos procesos clásicos, de conversión del conocimiento en las organizaciones, señalados por Nonaka y Takeuchi (1995) describen el ciclo de generación de conocimiento en las organizaciones mediante la representación cíclica de sus etapas. En nuestro caso, hemos considerado oportuno adaptar esta representación basándonos en esos continuos individual-colectivo y tácito-explícito y sus cuatro fases resultantes:






1- Socialización. Mediante la colaboración y compartición de experiencias e ideas, el conocimiento tácito individual se transforma en colectivo.

2- Externalización. El proceso mediante el cual el conocimiento tácito colectivo se transforma en conocimiento explícito.

3- Combinación o colaboración e intercambio de conocimiento explícito vía diversas herramientas de recursos y comunicación: foros, cuadernos, correos electrónicos, informes, etc.

4- Interiorización o aprendizaje, por el cual el conocimiento explícito colectivo se transforma en conocimiento tácito individual y fuente de un nuevo proceso en espiral.


Además, para evitar la endogamia y la perversión de estas acciones, la gestión debería también contemplar la posibilidad de inyección de información y entradas externas, mediante la generación de nodos y asociación en anillos de conocimiento, con lo que se formarían redes de redes y estructuras anidadas y auto-alimentadas.

De acuerdo con J. Gairín (2004), podemos vislumbrar formas variadas de relación, que constituyen otras formas de trabajar en red. Así, podemos considerar redes formales, que permiten coordinar la gestión del conocimiento, pero también de manera complementaria redes interpersonales entre iguales, redes colectivas entre estamentos o asociaciones, redes internas o externas a las organizaciones, redes entre servicios, usuari@s u otras.



Para finalizar:

La especie humana siempre se ha caracterizado por la ampliación de sus conocimientos, apoyándose en instrumentos (tecnología) que le permiten adquirir nuevos niveles de complejidad. La tecnología que hoy en día tenemos a nuestra disposición nos ofrece posibilidades infinitas de trabajo en red. Pero éstas serán positivas, cuando el usuario individual utilice el instrumento para adquirir información, generar aprendizaje y conocimientos, es decir, cuando se mueva por auténticos intereses intelectuales, por el verdadero deseo de saber y de entender. Y, sobre todo, cuando ese conocimiento quede, a su vez, a disposición de otros usuarios.

Existe ya un amplio consenso en reconocer que el conocimiento constituye la variable más importante en la explicación de las nuevas formas de organización social y económica. Ya se ha transformado en común la afirmación, según la cual, los recursos fundamentales para la sociedad y para las personas serán la información, el conocimiento y las capacidades para producirlos y para manejarlos. La coordinación entre profesionales, entendida como la actividad a través de la cual se produce y se distribuye el conocimiento, asume, por lo tanto, una importancia históricamente inédita…

No hay comentarios: